cuando regresas

Siempre soñaba con encontrar a una persona que me hiciera feliz en mi vida, en la que todo es placer, caricias, tranquilidad, suspiros, sentimientos, amor, diversión, risas, música, rock,rap... felicidad, en definitiva. Esa persona eres tú, me das todas esas cosas y me haces sentir lleno de vida.


Desde que estas a mi lado, solo pienso en amanecer en tus labios, llenarlos de besos, y escribir versos en cada cm de tu piel, luego despacio y sin abrir los ojos, sintiendo los primeros rayos de sol, darte todo mi amor. Conforme pasa la mañana, tú, responsable y trabajadora, ya no estás, solo me queda hacer las labores del hogar y afilar los colmillos, pues cuando te alejas me siento como un priquito cojo que solo puede dejar volar su imaginación. Se acerca la hora de tu regreso, lo sé, mi pulso se acelera, mi mente se nubla y los segundos se me hacen eternos.

Todo está listo, limpio, esterilizado, inodoro, ideal para que lo embriagues todo con tu aroma. Con tu vuelta, suelto un suspiro, lo único que puede salir de mi boca y te ofrezco todos los “manjares” preparados durante tu ausencia, los rechazas, no te importan, no por desprecio, sino por, como dicen tus palabras: “Solo quiero alimentarme de ti”. Yo que solo quiero complacerte, me olvido de todo y vuelvo a darte amor. Siento tu sudor en mi piel, tus labios en mi cuello, tus manos en mi espalda, llenos de energía se nos vuelve a hacer de día.